Un compañero mío de Colegio mayor en
Salamanca, y mientras los demás en el silencio de la noche estudiábamos la
critica de la razón pura y de la Razón práctica de Kant, él lanzaba unas
sonoras carcajadas que retumbaban en la noche …
Cuando a la mañana siguiente, medio
molestos o medio envidiosos, le preguntamos por su “particular forma de humor”
él nos contestó que estaba leyendo el Quijote, de nuestro ínclito Miguel de
Cervantes.
Mi amigo era un castellano recio al
que su abuelo le había enseñado a leer el Quijote. Y aquel abuelo, al que yo
nunca conocí, ejerció su influencia a
través de su nieto del que yo aprendí a leer y gustar las hazañas y las
enseñanzas del loco cuerdo o del cuerdo loco.
En términos actuales aquel viejo
abuelo de mi amigo hizo una labor de cohaching a su nieto y él a su vez ejerció
en mí una influencia que en su día permitió, a través de un método sencillo de
lectura, cambiar una forma de ver la ficción y la realidad que tienen todas las
cosas de la vida.
Posteriormente el Quijote se
convertiría en uno de mis libros de cabecera, libro que he leído múltiples
veces a mis hijos, con el que he sorprendido a mis compañeros con citas
realmente sorprendentes y con anécdotas plenamente actuales y con el que no he
necesitado de apuntarme chistes en la PCA para hacer gracietas..
Título: EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA
Autor: MIGUEL DE CERVANTES
Hay un capítulo que tiene un
especial significado en el mundo del liderazgo y del Gobierno. Es cuando Sancho
Panza va a hacerse cargo de la Isla Barataria y D. Quijote le da una serie de
consejos tanto para el alma como para el cuerpo.
D. Quijote no era un hombre
especialmente de empresa pero sí era un
hombre que entendía la ética del poder, que por sus lecturas múltiples de
caballería sabía las variables del buen Gobierno y de los modos de
comportamiento exigidos por los subordinados, que son personas pensantes y son
súbditos que requieren de atención.
D. Quijote fue un estudioso de su
tiempo. Los libros de caballería le situaban en la orbita de los valores y
del mundo de la justicia, del hacer bien
y del bien hacer.
En el capitulo XLII que Cervantes lo
titula “ De los consejos que dio D. Quijote a Sancho Panza antes de que fuese a
gobernar la Ínsula, con otras cosas bien consideradas”, D. Quijote se siente en la obligación de
aconsejar a Sancho para lograr que gobierne
con éxito la Isla Barataria. Es significativo cómo D. Quijote desarrolla un
papel de cohaching, haciendo que su escudero vaya analizando sus
potencialidades y sus déficits en cuanto a gobernanza se refiere
Valgan estas pinceladas extraídas del capítulo que
comentamos para ver cómo el arte de la influencia y de la formación
personalizada vista en situación del siglo XVII.
D. Quijote en esa su capacidad de
ayudar a Sancho Panza para su desarrollo como político y como persona le hace
las siguientes indicaciones:
“ Dispuesto, pues, el corazón a
creer lo que te he dicho, está. ¡oh, hijo!, atento a este tu Catón, que quiere
aconsejarte, y ser norte y guía que te encamine y saque a seguro puerto de este
mar proceloso donde vas a engolfarte; que los oficios y grandes cargos no son
otra cosa sino un golfo profundo de confusiones.
“Primeramente, oh hijo, has de temer
a Dios, porque en el temerle está la sabiduría y siendo sabio no podrás errar
en nada. Lo segundo has de ponerte los ojos en quien eres, procurando conocerte
a ti mismo que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del
conocerte saldrá el no huincharte como la rana que quiso igualarse al buey, que
si esto haces, vendrá a ser feos pies (hace alusión al pavo real que tiene una
hermosa cola, con la que hace la rueda, y los pies feos) de la rueda de tu locura la consideración de
haber guardado puercos en tu tierra”
"Haz gala, Sancho, de la
humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores;
porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte; y préciate más de
ser humilde virtuoso, que pecador soberbio. Innumerables son aquellos que de
baja estirpe nacidos han subido a la suma dignidad pontificia o imperatoria; y
de esta verdad te pudiera traer tantos ejemplos, que te cansaran."
"Mira, Sancho, si tomás por
medio a la virtud y te precias de hacer hechos virtuosos, no hay para qué tener
envidia a los que los tienen príncipes y señores; porque la sangre se hereda, y
la virtud se aquista, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.
También, Sancho, no has de mezclar
en tus pláticas la muchedumbre de refranes que sueles; que, puesto que los
refranes son sentencias breves, muchas veces los traes tan por los cabellos,
que más parecen disparates que sentencias.
-Eso Dios lo puede remediar
-respondió Sancho-, porque sé más refranes que un libro, y viénenseme tantos
juntos a la boca cuando hablo, que riñen por salir unos con otros, pero la
lengua va arrojando los primeros que encuentra, aunque no vengan a pelo. Más yo
tendré cuenta de aquí adelante de decir los que convengan a la gravedad de mi
cargo, que en casa llena presto se guisa la cena, y quien destaja no baraja, y
a buen salvo está el que repica, y el dar y el tener seso ha menester.
-¡Eso sí, Sancho! -dijo don
Quijote-: ¡encaja, ensarta, enhila refranes, que nadie te va a la mano!
¡Castígame mi madre, y yo trómpogelas! Estoyte diciendo que escuses refranes, y
en un instante has echado aquí una letanía dellos, que así cuadran con lo que
vamos tratando como por los cerros de Úbeda. Mira, Sancho, no te digo yo que
parece mal un refrán traído apropósito, pero cargar y ensartar refranes a
troche moche hace la plática desmayada y baja.”
Según Wikipedia Coaching (que
procede del verbo inglés to coach, entrenar. ) es un método que consiste en
dirigir, instruir y entrenar a una persona o a un grupo de ellas, con el
objetivo de conseguir alguna meta o de desarrollar habilidades específicas
En el proceso de coaching se parte
de la premisa de que el coachee (quien recibe el coaching) es la persona misma
que cuenta con la mayor y mejor información para resolver las situaciones a las
que se enfrenta. En vez de enseñar, el entrenador facilita al pupilo a que
aprenda de sí mismo. El lograr que el coachee consiga (1) la capacidad de
observarse, (2) de tomar conciencia de su realidad, (3) de plantearse
objetivos, (4) de actuar y medir sus logros y (5) de estar en actitud de mejora
continua, es la función del coaching y del formador.
Hablar de coaching es hablar
básicamente de acompañamiento y de escucha a los problemas que en voz alta
expresa el directivo, que no son otra cosa que los pensamientos que éste tiene
en el silencio de su frecuente soledad sobre todos aquellos temas que le
preocupan y a veces de hostigan.
Los organigramas son un reflejo de
la realidad que hemos creado en nuestras organizaciones: cada departamento que
dibujamos se encuentra solamente unido a los otros por un débil hilo, que ni
siquiera le relaciona directamente con el otro miembro del equipo sino que lo hace a través del gran solitario que
es el gerente o el jefe inmediato. Falta
buscar fórmulas que integren e interaccionen, de manera formal e informal, a
las personas.
La necesidad de un aprendizaje del
coaching como cultura interna de las organizaciones requiere ser conscientes de
que la dinámica de la empresa no deja normalmente detenerse a pensar en uno
mismo. El disponer de un D. Quijote que le siente durante dos horas, le haga de
espejo a sus pensamientos y le haga un cierto benchsmarking de cómo otros has
solucionado parecidos problemas puede ser un motivo de crecimiento interesante.