martes, 12 de junio de 2012

9. El pabellón azul o el arte de ser emprendedor


Crear una empresa siempre ha sido un parto con dolor, a excepción de la creación de las puramente especulativas. Y ser emprendedor supone tener coraje para enfrentarse a lo desconocido. Y esto lo ha sido siempre  y lo es hoy, a pesar de nuestros análisis previos de negocio y de nuestros planes de viabilidad, donde las hipótesis y previsiones no dejan de estar cargadas casi siempre de unas esperanzas que se hace difícil materializar cuando ponemos en marcha el negocio soñado.
“El pabellón azul”  de un autor español Ramón Pernas es una novela  que nos sitúa a principios del siglo XX y nos cuenta la historia de un emprendedor. A la vez nos deja entrar en su gran historia de amor, tierna, ardorosa, limpia y eterna y en las historias de amistad y de humanismo de ese hombre que se hizo a sí mismo con la trupe de su caravana de circo. Y todo ello con una concepción universal, globalizada. De ahí viene el titulo de “pabellón azul” de los barcos que llevan bandera azul y que quiere significar de manera positiva a todos que no tienen patria única, que son universales, que pertenecen al mundo, que no son de ninguna parte y lo son de todas. Ser pabellón azul es, sin duda, el destino de muchos de los actuales emprendimientos empresariales de hoy ya que desde el primer momento van a tener que estar pensados con perspectiva de un mercado más universa
  

Titulo:  EL PABELLON AZUL
Autor: RAMON PERNAS
Editorial: Espasa Narrativa 1998

El argumento de la novelas nos presenta a Augusto Bordino, un Italiano que vive esperando la visita de uno de sus hijos para poder morir tranquilo y lo hace en la aldea de su mejor amigo, Abelardo, un gallego conseguidor de objetivos, que le convence para hacerse en su jubilación una casa en Vilaponte, un pueblecito de Galicia. Desde allí y en las tardes melancólicas de orvallo gallego va desgranando sus recuerdos  y las pocas cosas que pasan en su hoy.
Bordino va contando sus avatares circenses, que son  todos sus emprendimientos: desde que decide separarse del Circo de su Padre en Italia hasta los negocios creados por él y gestionados hoy por sus hijos. En sus primeros pasos, como empresario en solitario, Bordino apuesta por la linterna mágica como espectáculo (es el cinematógrafo recién nacido). Su fracaso le hace aliarse con otros titiriteros para aparentar entre ellos competencia por los pueblos que pasan. Luego  recorrerá toda Francia hasta recalar en España por Irun, yendo pueblo a pueblo hasta llegar a Galicia, donde se les unirá Abelardo (socio del alma de Bordino) ya para siempre.
Ante la poca rentabilidad de la linterna mágica diversifican su producto  e introducen payasos, acrobacias, un ventrílocuo y música. Ello les permite ganar lo justo para marchar al entonces paraíso de Argentina.
Allí, primero para subsistir y luego para prosperar, Bordino y su troupe, comienzan con lo que saben hacer, y van poco a poco creando nuevos espectáculos, terminando con una adaptación teatral de Moby Dick y con una ballena disecada en el escenario y siempre adaptándose a los gustos de aquella sociedad tan en ebullición y europeizada. El negocio Bordino termina siendo un conglomerado de Teatros, cines, productora de variedades, agencia de contratación artística…
La otra trayectoria, la vital y la de la amistad sigue derroteros mas serenos, jalonada por los valores de la fidelidad, la trasparencia, la confianza y el amor maravilloso hacia su querida mujer Preciosa y la lealtad incondicional a todos los que conforman la vida nómada del circo.
La mezcla de ambas da al libro una simbiosis perfecta entre el trabajo, la familia y la amistad, aspecto que en los nuevos emprendimientos actuales se hacen más difícil guardar el equilibrio
La historia del “Pabellón azul “ aunque contada desde el recuerdo y desde la espontaneidad es casi un tratado sin pretensiones ni intelectualismos de cómo abordar un negocio, como testarlo, como introducir cambios en el producto, como realizar aprendizajes de habilidades, como investigar y crear nuevos espectáculos para adaptarse al cliente. En  su narración, Augusto Bordino, se reconoce orgulloso de haber introducido en el circo por primera vez una ballena disecada, pero con todo tipo de mecanismos internos para dar la sensación de viva.
“los disecadores tensaban la dura piel que trataban con brea por dentro y barniz por fuera; la mandíbula y la dentadura se afianzaba con tornillos y en paralel;, con la ballena dividida en dos partes iguales se introducía una estructura rígida en su pellejo gris. Al partirla en dos Klaus la dotó de un mecanismo simple que le hacia mover la cola y de una bomba de agua que expulsaba chorros a gran altura  desde su lomo….En la capital encargamos una especie de pecera gigante que consistía en dos vidrios separados entre sí y de forma rectangular, perfectamente desmontables. En su interior instalaríamos la ballena y entre los dos cristales verteríamos suficiente agua como para dar idea de que dentro del falso acuario flotaba un pez” ( Págs. 127 y 129)

Pero hay más: Ese pabellón azul que simboliza la ausencia de nacionalidades y la libertad se convierte en el eje de la vida de Augusto. No importa de dónde seas, ni a qué te dediques (parece decir): sólo importa la felicidad que hayas podido experimentar.

De ahí que la novela sea esperanzadora y vital, puesto que a lo largo de los años y a pesar de las numerosas vicisitudes a las que se ve expuesto, el protagonista jamás desfallece; no sólo porque tenga el coraje de apostar por lo desconocido, sino porque es consciente de la importancia de los detalles que nos rodean. La belleza de las cosas inunda su relato, ya que Augusto puede ver la belleza oculta del mundo: la risa, el humor, la alegría, la maternidad, el crecimiento, la esperanza… Y así, alcanza una existencia plena gracias, en realidad, a las pocas expectativas que ha depositado en ella



GUIA DE LECTURA: Es una maravillosa historia, contada de manera sencilla por un anciano que rebosa nostalgia pero sobre todo un hombre sin fronteras, que nos adentra en unos personajes amables, bondadosos, autoexigentes y de sentimientos nobles. Es una novela para leer despacio, no porque sea compleja, sino porque apetece ir gustando cada una de sus página que destilan una poesía y algo mágico que el circo siempre ha tenido para los pequeños y también  para los mayores por el hecho de hacernos sentir niños durante unos momentos

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