domingo, 9 de diciembre de 2012


12. El tío Vania o el trabajo sin sentido:

El trabajo llega un momento en que se convierte para muchas personas en la única preocupación de su vida, lo único que llena su pensamiento, su afán y su tiempo. El trabajo se convierte así  en su amigo/a, amante o esposo/a.

Ya a finales del siglo XIX, cuando aun quedaban en la sociedad rusa restos muy importantes de la cuasi esclavitud con la existencia de los mujiks, el gran Anton Chejov describió, de manera sorprendente, esas situaciones de fidelidad ciega al “amo” y con ello el sacrificio y la pérdida del desarrollo personal y familiar.

El libro que presento comprende las cuatro obras de teatro más significativas de Chejov, entre los que el titulado “El tio Vania” tiene una relación mayor con la realidad del trabajo.

El tío Vania  es el drama de la vida de esos dos “guardeses” Vania y Sonia, tio y sobrina, a la vez que cuñado e hija del gran profesor Alexander. Entusiasmados por el profesor y su hacienda centran toda su vida en ella y  en hacerla crecer y fructificar. Esto les lleva a olvidarse de que existe el amor que es lo que da realmente sentido al trabajo y a la vida. Así la obra es el fiel retrato  de la existencia desgastada del hombre moderno.

Tío Vania y Sonia hay un momento en que se enamoran: él de la joven esposa de Alexander, ella de un médico también enamorado de la misma mujer.  Los dos son rechazados y se hacen conscientes de la farsa que ha sido toda su vida, repleta de ilusiones resquebrajadas y sueños difuminados.


Autor: ANTON CHEJOV
Titulo: La gaviota, el tío Vania, las tres hermanas, el jardín de los cerezos

Valga como resumen de esta triste realidad las palabras de tío Vania a lo largo de la obra y sus gritos de desesperación:
Pronto cesará la lluvia y todo en la naturaleza refrescará y respirará libremente…¡Solo a mi no me refrescará la tormenta! De día y de noche, como una garra, siento la angustia de que mi vida está perdida para siempre… Aquí están mi amor y mi vida. ¿qué hacer con ellos? ¿Dónde meterlos. Mi sentimiento se consume inútilmente, como el rayo de sol dentro de un hoyo, y yo me consumo con él.
Durante veinticinco años he administrado esta hacienda; trabajé,  te envié el dinero como el más celoso administrador y ni una sola vez durante este tiempo me has dado las gracias. Durante todo este tiempo… el sueldo que he recibido de ti no ha pasado de quinientos rublos anuales, un sueldo miserable, y nunca se te ocurrió aumentarme ni un rublo
…¡Trabajé por él como un buey¡ Entre Sonia y yo exprimimos de esta hacienda el ultimo jugo y comerciamos  - como mercaderes- con el aceite, los garbanzos y el requesón. Nos privábamos de comer hasta saciarnos para poder convertir los grosch y los kopeks en miles de rublos que mandarle…
El fenómeno de la relación, adhesión - rechazo entre  persona y empresa tiene componentes realmente complejos: psicológicos, económicos, sociales.
Las organizaciones en general y la empresa en particular, por su carácter generador de beneficio, establecen con el empleado una relación singular donde las promesas de realización y de desarrollo profesional, junto con el incremento de status y de salario generan en las personas su entrega casi incondicional.
En el subconsciente también pesa una cierta amenaza sutil, desdibujada por parte de la empresa mientras se es fiel, que indica las consecuencias de la no adhesión y de la falta de entrega incondicional. Ante esta realidad  hay muchas personas que lo dan todo y la empresa se convierte así en  amiga, esposa, amante… sin percibir que hay realidades fuera de la misma que constituyen la otra parte importante de la vida, la del ocio, los sentimientos, la familia, el amor...
En los años 90 en los que la entrada de la mujer en la empresa y en puestos directivos fue una batalla a brazo partido de estas profesionales por equipararse a sus compañeros hombres y demostrar su valía, hizo que viésemos a muchas de estas mujeres entregadas en cuerpo y alma a su profesión, absorbidas  por el trabajo en su tiempo y en su dedicación mas intensa.
Hoy se habla profusamente de la necesidad de  conciliación de la vida laboral y la personal y familiar. Está muy bien. Pero nuevamente las empresas, normalmente sin rostro conocido, están manejando algo tan intrínseco como es la multifunción en la vida y lo están  convirtiendo en un elemento mas de su necesidad de tener empleados adictos y fieles. Estas mismas empresas – pioneras de la conciliación, son las primeras a las que  no les tiembla el pulso a la hora de dejar en la calle del paro a esos hombres y mujeres que lo han dado todo durante los años de su bonanza.
Dar el puesto que le corresponde al trabajo en la vida de cada uno creo que constituye también un planteamiento serio por parte del individuo, es cierto que sin olvidar a la hora de hacerlo que hay condicionamientos económicos y culturales muy fuertes que nos tienen atenazados  o quieren tenernos atenazados al trabajo sin horas, a la entrega absoluta y al amos casi exclusivo a nuestros pagadores

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